martes, 11 de octubre de 2011

TALLER DE GÉNERO


TALLER DE GÉNERO

OBJETIVOS

· Conocer nuestra realidad como seres sexuados.
· Percibir la influencia social en la construcción del género.
· Conocer el vocabulario referido a los órganos sexuales masculinos y femeninos externos asociado a los entornos sociales y culturales que se habitan
· Diferenciar sexo y género.
· Empezar a analizar los roles de género y su carácter discriminatorio.

CONCEPTOS CLAVE

· Identidad sexual. · Identidad personal. · Identidad de género. · Roles de género.

MARCO GENERAL DE INTERPRETACIÓN

El lenguaje sobre sexualidad está asociado fundamentalmente a la genitalidad. Contamos con muchísimas palabras que nombran los genitales masculinos y femeninos. Estas palabras tienen algunas peculiaridades:

-A veces se mencionan las zonas genitales recogiendo las palabras utilizadas en medicina y en biología. En otras ocasiones, la referencia a los genitales se realiza
mediante palabras cariñosas y muy personales o típicas de determinadas regiones
o localidades, que sirven sobre todo para los niños y niñas de menor edad.

Pero, como señalan Concepción Jaramillo y Graciela Hernández en su libro sobre
sexualidad infantil, estas palabras pueden ser útiles en la infancia; a medida que se va creciendo se necesitan otros términos que describan que esos genitales han cambiado.

-También ocurre muchas veces, que se alude a los genitales mediante palabras que además tienen otras connotaciones como la del insulto, la vulgaridad o ser malsonantes; estas son palabras muy habituales en el lenguaje cotidiano porque se utilizan para nombrar, pero también para infravalorar, ofender, expresar sorpresa, expresar desagrado.

Dentro del lenguaje peyorativo de lo genital, la descripción de la genitalidad femenina es la que se lleva la peor parte, porque las palabras usadas para nombrar los genitales femeninos son también usadas para despreciar o para calificar de manera despectiva (esto es un coñazo, ponerse histérica, estar con el mes, estar menopáusica...); mientras que la genitalidad masculina es nombrada frecuentemente con palabras que también se utilizan para nombrar el poder, algo
bueno, algo divertido, algo que revela el valor de las personas, etc. (por ejemplo expresiones como por mis huevos, esto es cojonudo...). El resultado es un lenguaje que devuelve a las mujeres una imagen sucia e indigna (despectiva) de su genitalidad y de los procesos a ella asociados. Y que del mismo modo devuelve
a los hombres la idea de una genitalidad asociada al ejercicio del poder y de la violencia, que como ya sabemos son aspectos considerados como valores por una parte de nuestra sociedad.

La mayor parte de las referencias a los cuerpos sexuados, tanto de hombres como de mujeres, se hacen desde un punto de vista androcéntrico; así la palabra falo, además de referirse al órgano sexual masculino, se identifica como símbolode poder. O también testículo que es una palabra con la misma raíz que testigo, es decir, la persona que da fe de algo, cuyo testimonio es fiable (en el derecho clásico, el discurso de las mujeres tenía una menor representatividad en la esfera
pública)

En el cuerpo femenino, vagina significa en latín «vaina para la espada», la palabra
útero, que significa «cavidad», indica únicamente su función de albergar y clítoris, que viene del griego, significa «cerrar»; probablemente aludiendo a la situación de este órgano, encerrado entre los pliegues de la vulva. También he encontrado que en ocasiones este órgano se ha considerado como un «pene pequeño» o atrofiado. Las palabras vagina, útero o clítoris tienen originalmente significados que aluden a lo que esos órganos significan para el hombre, designando la función que ellos perciben y omitiendo el significado que cada uno de estos órganos tendría para las mujeres.

Igualmente coito que en principio alude a «juntar, unir», ha quedado en nuestro vocabulario con el significado predominante de introducir el pene en la vagina (sin valorar otras posibilidades de coito) y como expresión máxima de sexualidad (obviando otras infinitas expresiones).

Los seres humanos nacemos hombres y mujeres, en consecuencia somos del sexo femenino o del sexo masculino. Pero nuestra identidad personal no nos viene dado por nacimiento, sino que se construye en un proceso en el que confluyen distintos elementos: la biología, la familia, nuestro sexo, nuestra orientación sexual, los roles y estereotipos sociales, nuestra personalidad..., a lo largo del tiempo y en continua evolución.

Nuestra sociedad, por el hecho de haber nacido hombres o mujeres, nos dice que tenemos que ser de una determinada manera y dedicarnos a unas determinadas cosas y no a otras. El papel que la sociedad nos otorga por el hecho de haber nacido hombres o mujeres es lo que se conoce como roles de género. Sin embargo, HAY TANTAS FORMAS DE SER HOMBRE O MUJER COMO PERSONAS HAY. Y todas son igual de respetables.

EL JUEGO DE LAS PALABRAS

REPRESENTACIÓN SOCIAL DEL CUERPO (LOS GENITALES EXTERNOS)

Cada participante, elabora una silueta de un cuerpo de mujer y otro de hombre, lo pintan y escriben los nombres que reciben las partes del cuerpo de acuerdo a la región de donde se es oriundo. Realizado el ejercicio, se pone en común la ficha.

A continuación se agrupan los nombres si aparecen sinónimos. Después, se pone delante de cada nombre una P o una T según sea un término popular o técnico.

Se debate acerca de las siguientes cuestiones:

· ¿Por qué crees que los órganos sexuales reciben tantos nombres?

· ¿Por qué crees que se utiliza más el vocabulario popular que el culto para hablar de sexualidad?

· ¿Te resulta fácil usar términos vulgares?

· ¿Encuentras diferencias entre el vocabulario que utilizan los niños y niñas y las personas adultas?

· ¿Por qué crees que se utilizan términos peyorativos para nombrar los órganos  sexuales sobre todo  los de las mujeres?

· ¿Ves diferencias entre el lenguaje de los chicos y el de las chicas?

DIFERENCIAS SEXO-GÉNERO

Sobre el dibujo que ya elaboraron,  de hombres y  mujeres desconocidos. Les explicamos que vamos a imaginarnos que somos escritores y vamos a intentar escribir un relato con esos dos personajes.

Para ello necesitamos inventar una identidad para cada uno, por lo que vamos respondiendo entre todos/as al siguiente cuestionario:

¿Cómo se llama...?
¿Qué edad tiene?
¿A qué se dedica...?
¿Tiene pareja?
¿Cuáles son sus aficiones...?
¿Dónde vive...? (zona urbana/ rural).
¿Tiene mascota?

Una vez que tenemos los datos más objetivos vamos otorgando a cada personaje cualidades, poniendo atención de no otorgárselas por ser un chico o una chica, sino porque es fulanito y él es así o porque es fulanita y ella es así.

Se socializan las historias (escritas o no).

A continuación, explicamos a qué llamamos sexo y a qué llamamos género.

Para terminar se lee la escena titulada UN MUNDO AL REVÉS. Luego de su lectura, se inicia un coloquio sobre la misma, centrado en la injusticia que supone que se imponga a las personas lo que pueden hacer o no o cómo tienen que ser según sean de uno u otro sexo.

Se complementa este ejercicio, conversando alrededor de las siguientes preguntas:

1. ¿Qué significa ser niño? ¿Y ser niña? ¿Cuáles son las características ideales de ambos? Las características que hemos nombrado, ¿se corresponden con el sexo o con el género?

2. Si yo hubiera nacido… del sexo contrario, ¿Cómo imagino que sería mi vida? ¿Cómo estaría viviendo ahora? ¿Cuáles serían mis preocupaciones, mis deseos?





UN MUNDO AL REVÉS

· Vengo por lo del anuncio, señora.
· Bien-dice la jefa de personal-. Siéntese. ¿Cómo se llama
usted?
· Bernardo...
· ¿Señor o señorito?
· Señor.
· Déme su nombre completo.
· Bernardo Delgado, señor de Pérez.
· Debo decirle, señor de Pérez que, actualmente, a nuestra
dirección no le gusta emplear varones casados. En el
departamento de la señora Moreno, para el cual nosotros
contratamos al personal, hay varias personas de baja
por paternidad. Es legítimo que las parejas jóvenes
deseen tener niños, nuestra empresa, que fabrica ropa
de bebé, les anima a tener hijos, pero el absentismo de
los futuros padres y de los padres jóvenes constituye
un problema para la marcha de un negocio.
· Lo comprendo, señora, pero ya tenemos dos niños y
no quiero más. Además, el señor de Pérez se ruboriza
y habla en voz baja, tomo la píldora.
· Bien, en ese caso sigamos. ¿Qué estudios tiene usted?
· Tengo el certificado escolar y el primer grado de
formación profesional de administrativo. Me habría
gustado terminar el bachillerato, pero en mi familia
éramos cuatro y mis padres dieron prioridad a las chicas,
lo que es muy normal. Tengo una hermana coronela y
otra mecánica.
· ¿En qué ha trabajado usted últimamente?
· Básicamente he hecho sustituciones, ya que me permitía
ocuparme de los niños mientras eran pequeños.
· ¿Qué profesión desempeña su esposa?
· Es jefa de obras de una empresa de construcciones
metálicas. Pero está estudiando ingeniería, ya que en
un futuro tendrá que sustituir a su madre, que es la que
creó el negocio.
· Volviendo a usted. ¿Cuáles son sus pretensiones?
· Pues...
· Evidentemente con un puesto de trabajo como el de su
esposa y con sus perspectivas de futuro, usted deseará
un sueldo de complemento. Unos euros para gastos
personales, como todo varón desea tener, para sus
caprichos, sus trajes. Le ofrecemos 600 euros para
empezar, una paga extra y una prima de asiduidad.
Fíjese en este punto, señor de Pérez, la asiduidad es
absolutamente indispensable en todos los puestos. Ha
sido necesario que nuestra directora crease esta prima
para animar al personal a no faltar por tonterías. Hemos
conseguido disminuir el absentismo masculino a la mitad;
sin embargo, hay señores que faltan con el pretexto de
que el niño tose o que hay una huelga en la escuela.
¿Cuántos años tienen sus hijos?
· La niña seis y el niño cuatro. Los dos van a clase y los
recojo por la tarde cuando salgo del trabajo, antes de
hacer la compra.
· Y si se ponen enfermos, ¿tiene usted algo previsto?
· Su abuelo puede cuidarlos. Vive cerca.
· Muy bien, gracias, señor de Pérez. Ya le comunicaremos
nuestra respuesta dentro de unos días.
El señor de Pérez salió de la oficina lleno de esperanza.
La jefa de personal se fijó en él al marcharse. Tenía las
piernas cortas, la espalda un poco encorvada y apenas
tenía cabello. "La señora Moreno detesta los calvos",
recordó la responsable de la contratación. Y, además, le
había dicho: "Más bien uno alto, rubio, con buena presencia
y soltero". Y la señora Moreno será la directora del grupo
el año próximo. Bernardo Delgado, señor de Pérez, recibió
tres días más tarde una carta que empezaba diciendo:
"Lamentamos...".
France de Lagarde. LE MONDE, 28-29 septiembre 1975
(texto recogido por Enriqueta García y Aguas Vivas Català)

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